La inflación, que ya superó el 70% interanual, tornó imposible el freno a la movilización que la CGT había anunciado en julio en el marco del breve paso de Silvina Batakis al frente del Ministerio de Economía con un dólar blue que en pocos días había subido 100 pesos y llegó a tocar los $350.
La llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda y reuniones previas con la vicepresidenta Cristina Kirchner y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, no fueron suficientes. La realidad y la presión de las bases sindicales, que son quienes tienen un contacto directo con los trabajadores de a pie, fueron más fuertes.
Desde todos los sectores gremiales están apurando las negociaciones con el Gobierno y los empresarios para dar respuesta a la clase media de los trabajadores registrados.
En ese marco, se abrió la discusión sobre la modalidad en la que se formalizará un aumento en los sueldos. Algunos presionaron por la reapertura de las paritarias, que quedaron en su mayoría desajustados con acuerdos anuales y en cuotas en torno al 60%; otro sector pidió una suma fija o bono por parte del Gobierno, un esquema similar al que les fue otorgado a los jubilados días atrás.
Sin embargo, desde la cartera de Trabajo que conduce Claudio Moroni, se apostaría por una fórmula que contenga las dos propuestas: reapertura de paritarias y una suma fija. Una semana atrás, el mismo funcionario había confirmado que analizaba otorgar un bono a trabajadores por la alta inflación al término de una reunión de Gabinete en Casa Rosada.
Durante la marcha de este miércoles, el dirigente de Camioneros, Pablo Moyano, pareció manifestarse en ese sentido: “Alberto, sacá ese bono o suma fija para los trabajadores que no llegan a fin de mes y mantené las paritarias libres”. Luego le agregaría “que las asignaciones familiares sean universales”, un reclamo más en línea con el sector de los movimientos sociales referenciado en Juan Grabois.
En tanto, por la mañana, distintos sindicalistas comenzaron a exigirle a la gestión de Alberto Fernández celeridad en la decisión de incrementar los sueldos de los trabajadores. Al menos, cumplir con la reunión tripartita entre Gobierno, CGT y la UIA que prometió en Rosario durante el primer acto con Massa en Economía