Siete personas murieron y decenas resultaron heridas por un bombardeo ucraniano que provocó una inmensa explosión que alcanzó múltiples sitios civiles en una ciudad del sur de Ucrania ocupada por Rusia, aseguraron autoridades locales.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron que el bombardeo contra la ciudad ucraniana de Nova Kavojka, en la provincia de Jerson, tuvo como objetivo un depósito de municiones y dejó decenas de soldados rusos muertos.
Videos subidos a redes sociales mostraron una gran explosión en la localidad, que está ubicada unos 55 kilómetros al este de Jerson capital, una importante ciudad portuaria sobre el mar Negro también ocupada por las fuerzas rusas, como casi toda la provincia.
Funcionarios de la administración cívico-militar instalada por Rusia en la provincia de Jerson señalaron que para el ataque se utilizó el lanzamisiles múltiple estadounidense Himars, que Ucrania recibió recientemente de Estados Unidos.
La agencia de noticias rusa Tass afirmó que la gran explosión se debió a que el ataque alcanzó una fábrica de fertilizante mineral, y que el bombardeo dañó también edificios, un mercado y un hospital.
También este martes, autoridades ucranianas aseguraron que 12 personas resultaron heridas por ataques de artillería rusos en la surñea ciudad de Mikolaiv, en la provincia del mismo nombre, unos 90 kilómetros al noroeste de Jerson capital.
Además, el número de víctimas mortales por un ataque ruso lanzado el domingo contra una ciudad del este de Ucrania subió a 34 tras recuperarse más cadáveres de entre los escombros del edificio alcanzado, señalaron autoridades.
«Hay siete muertos y unos 60 heridos» por el bombardeo ucraniano en Nova Kajovka, dijo el jefe de la administración cívico-militar instalada por Rusia en la provincia de Jerson, Vladimir Leontiev, en la aplicación de mensajería Telegram. «Está claro que se trata de un ataque deliberado, violento y cínico con misiles de alta precisión, aquí no hay objetivos militares (…) se han atacado almacenes, tiendas, una farmacia, gasolineras e incluso una iglesia», afirmó, denunciando un «acto de terrorismo».
Una vicedirigente de la administración de ocupación, Ekaterina Gubareva, afirmó que las fuerzas ucranianas cometieron el ataque con el lanzamisiles Himars.
De su lado, el Estado Mayor de Ucrania afirmó que atacó objetivos militares en Nova Kajovka, con un saldo de 52 militares rusos muertos y un depósito de municiones destruido. En las imágenes difundidas por las autoridades de ocupación se ven varios edificios destruidos.
«Decenas de viviendas fueron alcanzadas (…) se está sacando a la gente de los escombros», declaró Leontiev, informó la agencia de noticias AFP. «Es una terrible tragedia», dijo. El número de víctimas «va a aumentar porque la magnitud de los daños es enorme», agregó.
Jerson, única provincia de Ucrania limítrofe con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, está ocupada en gran parte por las fuerzas rusas, que llevan a cabo una ofensiva contra Ucrania desde el 24 de febrero. El Ejército ucraniano lleva varias semanas realizando una contraofensiva en el frente de Jerson, mientras que el grueso de las tropas rusas está desplegado en la región del Donbass, en el este de Ucrania. Ucrania consiguió recuperar terreno y acercarse a Jerson capital, una ciudad de 290.000 habitantes, pero aún logró penetrar profundamente en las defensas rusas. Las fuerzas ucranianas que avanzan sobre Jerson lo hacen desde la vecina provincia de Mikolaiv, ubicada al norte.
El gobernador de Mikolaiv, Vitali Kim, afirmó que el ataque ruso con artillería que este martes dejó 12 heridos en Mikolaiv capital dañó dos instalaciones médicas y edificios residenciales.
En el Donbass, el gobernador de la provincia de Donetsk señaló este martes que la cifra de muertos por el ataque ruso del domingo en la ciudad de Chasiv Yar se elevó a 34 tras el hallazgo de más cuerpos en los escombros del edificio de cinco pisos alcanzado. «Los rescatistas ya han recuperado 34 muertos y 9 heridos de los escombros del edificio. Un niño estaba entre los muertos”, dijo el gobernador, Pavlo Kirilenko, en Telegram.
El funcionario agregó que el servicio de emergencia estatal ya había retirado alrededor del 70% de los escombros, aunque la operación de rescate continuaba. «¡Los rusos asumirán la responsabilidad de cada vida destruida y mutilada!» añadió.