Luego, la mujer se despierta cerca de las 2:15 y se encuentra tapada solo con una sábana, y con el pijama y ropa interior a la altura de las rodillas y con un fuerte dolor en sus zonas íntimas. Aseguró que al levantarse notó que tenía un líquido, algo que le advirtió a la médica de guardia, quien solo le proporcionó un papel para que se limpiara.
Inmediatamente solicitó que concurriera personal policial, pero fue trasladada de la terapia intensiva a una habitación de piso donde había un teléfono que le permitiría llamar a la policía, algo que no ocurrió porque el aparato no funcionaba. Recién a las 5:10 logra bajar a la guardia en donde pidió que llamaran al 911 alertando que había sido violada por un enfermero.
Al tomar conocimiento de lo sucedido el fiscal Penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS) Federico Obeid ordenó distintas medidas para recabar pruebas. Entre ellas, pidió la toma de muestras de las partes íntimas de la paciente que, tras los análisis correspondientes, arrojaron que existía presencia de plasma seminal.
También solicitó las filmaciones de las cámaras de la clínica. En estas se ve claramente como a las 01:04 el acusado tapó la cámara de vigilancia y a las 01:25, la destapa. Por otro lado, durante la investigación, el enfermero admitió que la droga que le administró a la mujer era Lorazepam y no un protector gástrico, pese a que el medicamento no se encontraba indicado en la historia clínica.
Ante la gran cantidad de pruebas, Obeid imputó al enfermero por el delito de «abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización».