Corría 1983. Una noche de trabajo, en la Avenida General Paz, Chonino defendió a su dueño, que recibió un disparo en medio de un tiroteo. Pero él también resultó herido de un balazo, que le provocó la muerte. Sin embargo, los agresores fueron identificados, ya que en su último acto de valentía, Chonino había arrancado el bolsillo de uno de ellos con su documentación.Para recordar la lealtad de este perro, el círculo de la Policía Federal Argentina erigió una estatua de bronce donde descansan sus restos.
Esta historia fue difundida por la periodista Cora Cané, quien logró que, desde 1996, se conmemorara el día del perro todos los 2 de junio en honor a Chonino.