Franco Gavidia es oriundo de Córdoba, y por su profesión se encontraba en Hungría jugando en una liga de handball profesional. En razón del estado de alarma en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, viajó a Argentina para ver a su familia junto a Coco, su perro y a quien traía de regalo para su hija.
Después de 48 horas entre aeropuertos y vuelos, llegaron a Ezeiza pero se toparon con un inesperado y devastador panorama. Las autoridades del Senasa no dejan ingresar a Coco al territorio por faltarle una aplicación de la vacuna antirrábica.
La “solución” que le ofrecen es deportar al animal o sacrificarlo. Gavidia y su familia están desesperados y piden ayuda para que no sea ese el destino del su mascota.
“Me trataron como a un delincuente”
Gavidia es jugador de handball profesionalmente, llegó al país hace más de 35 horas al país y no se movió del aeropuerto.
“El vencimiento debe tener de 8 a 9 días de vencido. Le falta también una autorización de un veterinario húngaro diciendo que el perro está sano”, explicó en diálogo con Mediodía Noticias este jueves.
“Lo que no entienden es que me fui de Hungría un poco también porque volvieron a declarar estado de alarma. Decidí venirme con mi mujer y mi hija que están acá, un poco a las corridas”, relató.
Gavidia contó que en el exterior se dedica a jugar al handball y la guerra irrumpió de manera inesperada. Además, dado que vive cerca de la frontera entre Hungría y Ucrania, recibió refugiados en su casa.
“No veo a mi hija hace 8 meses, hoy es su cumpleaños, le traje a Coco que es su perro también, y no me dejan pasar”, se lamentó.
Al mismo tiempo, aclaró que las opciones que le dieron al llegar al país no son viables. “Acá no me dijeron concretamente que lo van a matar, pero con estas opciones es prácticamente lo mismo. Porque no lo van a aceptar en ningún país, por la vacuna”, relató Gavidia. “Además no tendría tampoco a nadie para que lo reciba en Hungría”, agregó.
“La jefa del Senasa acá en Ezeiza, con quien hablé desde el principio, me está tratando como un delincuente. Yo ofrecí pagar un veterinario si es necesario, y una multa o un lugar de cuarentena. Porque es algo que yo hice mal, pero quiero que se pueda solucionar acá”, aseguró el joven que vive en Córdoba.
“Pero Coco es parte de mi familia, no lo pueden deportar. Ahora no sé dónde está, porque se lo llevaron y no me dieron más información. Me sacaron como un delincuente”, insistió Gavidia.
En este sentido, también aseguró que le negaron un espacio para que el perro pudiese esperar o realizar una cuarentena. “Es una vergüenza que no tengan lugar para un perro chiquito. Tiene un año, es cachorro, está estresado”, sostuvo.
“Propuse todas las opciones. No me voy a mover de acá sin mi perro. Ahora está con desconocidos después de un viaje traumático. No pido que se haga nada ilegal, yo me hago cargo de todo, pero quiero que se quede en mi país conmigo”, pidió.