La víctima, inmersa en una profunda crisis -actualmente con tratamiento psiquiátrico-, contó que el actuar del «profe» fue desde un comienzo característico de aquellos hechos aberrantes que tienen que ver con abusos sexuales contra menores. En su afán de acercarse a él -al niño- el entrenador albo no tardó en sindicarlo como el «preferido», durante un tiempo considerable se encargó de pasar a buscarlo por su casa de lunes a viernes.
Además de endulzarle los oídos diciéndole que era el «preferido» y/o el «mejor», de buscarlo en su casa para ir al club y luego llevarlo de nuevo a su hogar, siguieron las insinuaciones más bien íntimas y los primeros roces circunstanciales. El calvario se fue recrudeciendo en el interior del club y fuera de la institución hasta consumar el aberrante delito.
Según las fuentes, el ultraje se habría extendido desde que la víctima tenía 12 años hasta los 15, violación sistemática que el denunciante, siendo menor, tuvo que soportar. Pese al dolor, y pensando en los miles de niños y adolescentes que pasaron durante décadas por las garras de aquel depredador, un hombre considerado «intachable» en el club «millonario», el joven decidió un día tomar el coraje y denunciar al entrenador.
En febrero radicó la denuncia pero antes el exjugador irrumpió en una de las prácticas y comenzó a insultar a Mario Aballay, «hij.. de pu.. me cagaste la vida, te voy a denunciar para que no sigas cagándole la vida a otros». Tras las vociferaciones, el acusado no esgrimió gesto alguno ni dijo nada, luego Mario Aballay le hizo una denuncia al joven por coacción. Sin embargo, y a solicitud del Juzgado de Garantías en turno, ordenaron la detención del DT quien actualmente se encuentra preso en la Alcaidía General de la provincia.