“Su cuadro sigue siendo extremadamente delicado y grave”, había descripto su pareja Renzo Mamani días atrás.
El jueves de la semana pasada, su familia explicó que aguardaban la llegada del medicamento, que la situación de Mariana «era delicada» porque presentaba una infección que no había podido ser controlada. «En estas condiciones hoy no puede recibir un órgano por la infección, sería muy riesgoso. Los coágulos son controlables. Hay que controlar la infección para volver a estar en condiciones de que reciba un órgano», lamentaron.
Los problemas de salud de la joven habían comenzado hace dos años, cuando se presentaron los primeros síntomas; y hace unos meses los médicos le informaron a la pareja que era necesario un trasplante de corazón.