«Estamos lejos de alcanzar la capacidad máxima, se estancó totalmente», declaró Stefanie Kurzweil, de la asociación humanitaria Arbeiter Samariter Bund, que supervisa uno de los centros, días antes de la entrada en vigor de la ley.
Melanie, una joven de 23 años que no quiso revelar su apellido, dijo que se puso la tercera dosis sin estar convencida, solo para evitar el vencimiento de su certificado de vacunación.
«Yo no me quería quedar encerrada en casa», indicó, debido a que en Austria los no vacunados son excluidos de restaurantes, instalaciones deportivas y eventos culturales. Y ahora también serán sometidos a multas, algo que ella considera «malsano».
La ley se aplica a todos las personas mayores de edad, con excepción de mujeres embarazadas, personas que contrajeron el virus hace menos de 180 días y otros que pueden recibir una exención por razones médicas.
Sin embargo, los controles comenzarán a mediados de marzo, con la aplicación de multas de entre 600 y 3.600 euros (entre más de 70.000 y 430.000 pesos argentinos), que serán levantadas si la persona se vacuna en las siguientes dos semanas.
En la fila de espera de un centro de vacunación, algunos están a favor de la inoculación obligatoria.
«Habríamos terminado desde hace tiempo (con la pandemia) si todos el mundo estuviera vacunado», reclamó Angelika Altmann, quien trabaja en un despacho de abogados.
Más de 60% de los austriacos apoyan la medida, según una encuesta reciente, pero gran parte de la población permanece fuertemente en contra.
Durante varias semanas después del anuncio del proyecto, decenas de miles de personas marcharon contra la medida, que calificaron como radical y contraria a la libertad.
También se dieron críticas en el sentido de que esta ley surgió al aparecer la variante Ómicron, de menos gravedad aunque causante de una explosión de casos.
En ese mismo momento, en la capital austríaca se autorizaron los test de saliva para detectar la Covid-19, unos dispositivos que el Gobierno ha estado repartiendo gratis entre los vieneses y cuyos resultados se conocen a las 24 horas de haberlo realizado.
El pase de vacunación ha sido adoptado por un número creciente de países para ciertas profesiones o actividades, pero la vacunación obligatoria es una excepción.
En Ecuador es obligatoria e incluye a los niños de más de cinco años, un caso único en el mundo.
Además, dos gobiernos autoritarios de Asia central, Tayikistán y Turkmenistán, también impusieron la vacunación, al igual que Indonesia, aunque en la práctica menos de la mitad de su población está inoculada.