El robo, perpetrado en horas de la noche del lunes, no sólo implica un perjuicio económico estimado en $1,5 millones, a los que deben sumarse los daños producidos en las instalaciones, sino que además priva a la prestadora de servicios de un elemento indispensable para afrontar situaciones de emergencia.
Sobre el particular, el Jefe Operativo del área de Energía, Ingeniero Hugo Ayestarán, señaló que los robos son sistemáticos, ya que “no es la primera vez que ingresan a áreas peligrosas, con media tensión, para robar cables y otros elementos que luego venden en el mercado negro. Y cuesta después remontar las pérdidas que ocasionan”.
“En este caso –dijo- robaron unos 600 metros de cable de cobre, de 150 milímetros, que se usa para hacer puentes de emergencia, por lo que ahora no podríamos responder en caso de tener determinado tipo de problema, ya que no se trata de un cable que se pueda comprar en el mercado, sino que se manda a pedir y su provisión demanda un tiempo”.
Ayestarán lamentó el hecho de que cuando ocurren estos hechos lamentables “nadie nunca ve nada” y sostuvo que “necesitaríamos el compromiso de la gente, porque esta subestación está rodeada por viviendas, es una zona transitada por las noches y está bien iluminada… no es tierra de nadie”.
Consideró que “esto es un hecho organizado y, obviamente, los que vienen a robar en este tipo de lugares ya tienen colocado el producto en algún lado. En este caso con los chatarreros, la gente que compra cobre y ese tipo de elementos”.