El vuelo AR 1666 fue desviado de su ruta que tenía como destino final el aeropuerto de Esquel, en la provincia de Chubut, luego de que la batería recargable del celular de uno de los pasajeros estallara y comenzara a prenderse fuego.Rápidamente intentaron sofocar el fuego fue sofocado con un matafuegos a bordo pero, al no lograr extinguir las llamas, tuvieron que ponerlo dentro de un balde con hielo.El pasajero, dueño del artefacto, tuvo que recibir atención médica por las quemaduras ocasionadas en una de sus manos.El tenso momento causó miedo en todos los pasajeros y se puso en marcha el protocolo de seguridad, por lo que el avión fue desviado y tuvo que aterrizar de emergencia en Ezeiza.
Una vez en el Aeropuerto internacional, intervino personal de bomberos y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Tras verificar la situación, luego de una hora y media el avión retomó el viaje con rumbo a Esquel.