Estados Unidos reabrió este lunes sus fronteras terrestres y aéreas a los turistas vacunados contra el coronavirus con fármacos aprobados por la FDA y la OMS, provenientes de más de 30 países, tras 20 meses de restricciones de viaje que separaron familias, perjudicaron el turismo y tensaron lazos diplomáticos.
La flexibilización estadounidense de las restricciones al turismo repercutió inmediatamente en los aeropuertos de Europa, donde muchos pasajeros hicieron cola con entusiasmo para subir a los aviones con destino a la costa este de Estados Unidos.
Para celebrar esta apertura, por ejemplo, en el aeropuerto londinense de Heathrow dos aviones de las compañías aéreas rivales, British Airways y Virgin Atlantic, despegaron con destino a Nueva York al mismo tiempo desde pistas paralelas, y frente a la creciente demanda, debieron aumentar el número de vuelos transatlánticos. También se reabrieron las fronteras terrestres, la norteña, con Canadá, y la sureña, con México.
En la ciudad mexicana de Tijuana, frente a la estadounidense de San Diego, en California, muchos viajeros a pie y en automóvil aguardaron desde antes del amanecer que el puesto fronterizo de San Ysidro reabriera para viajeros «no esenciales». Para todos se requería barbijo.
Aunque la demora para cruzar podía llegar a las 4 horas, el deseo de reencontrarse con familiares minimizó los problemas, como le pasó a Isabel González, de 63 años, que después de 18 meses volvería a ver a sus hijos.
Anticipando embotellamientos, el gobierno de la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, ubicada frente a la estadounidense y texana El Paso, dispuso un sistema especial para dirigir el tráfico, e instaló baños portátiles en los tres puentes que cruzan hacia Estados Unidos.
Las esperas se repitieron del otro lado del país, en el Puente Internacional de las Mil Islas, que conecta el sureste de Ontario, en Canadá, con el norte de Nueva York.
«Hemos tenido gente esperando para cruzar desde las 23.30 de anoche», dijo a la agencia de noticias AFP Scott Carl, un empleado de los servicios fronterizos. Entre los viajeros había muchos «snowbirds», como suele llamarse a los jubilados que huyen del invierno canadiense hacia la cálida Florida.
La llamada «prohibición de viajar» había sido impuesta por el expresidente Donald Trump a principios de 2020, y confirmada luego por su sucesor Joe Biden, y hasta generó algunos inconvenientes diplomáticos. El fin de la espera también se manifestó en las fronteras con México y Canadá, donde desde el amanecer se vieron largas filas de coches, según AFP.
En marzo de 2020, para frenar la propagación del coronavirus, Estados Unidos cerró sus fronteras a los viajeros procedentes de la Unión Europea, Reino Unido y China, y más tarde sumó a la lista a los procedentes de India y Brasil. También prohibió el ingreso por tierra o ferry desde México y Canadá.
Sin embargo, estas prohibiciones no aplicaron para países latinoamericanos, cuyos residentes viajaron a Estados Unidos desde principios de 2021 para inmunizarse contra la Covid-19 cuando comenzaron a distribuirse las primeras vacunas.
Si bien el levantamiento de la restricción al turismo contempla el ingreso de viajeros de más de 30 países, las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron que mantendrán un control estricto y seguirán exigiendo resultados negativos de testeos de Covid-19.
La reapertura se desarrollará en dos fases: desde este lunes se exigen pruebas de vacunación para los viajes no esenciales y se sigue permitiendo el ingreso de no vacunados para viajes «esenciales»; y desde enero se exigirá la vacunación de quienes quieran ingresar al país por tierra, sin importar el motivo del viaje.
Además, las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron que solo las personas que recibieron vacunas autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) son aceptadas para entrar por aire.
Esta flexibilización podría implicar un obstáculo para viajeros de varios países de América Latina y el Caribe, bien porque no tuvieron aún acceso a la vacuna o bien porque no fueron vacunados con fármacos aprobados por las autoridades estadounidenses.
Por ejemplo, vacunas como la rusa Sputnik V y la china CanSino aún no tienen luz verde de la FDA ni de la OMS, pero fueron aplicadas en muchos países latinoamericanos, incluidos Argentina y México.
Además, con este nuevo requerimiento se acaba el «turismo de vacunas» en Estados Unidos. Según un estudio de la Universidad Anáhuac de México, entre marzo y mayo de 2021, los mexicanos hicieron casi un millón de viajes a Estados Unidos para vacunarse.