“El crimen era atroz”, recordó el ex policía Hugo Paz. Fue el primero en declarar en la segunda jornada del juicio por el crimen de Martina Ávila (6), la niña asesinada en abril de 2019. Su padre, Manuel Antonio Ávila (42), está detenido acusado por “homicidio agravado por el vínculo”.
“Fue muy duro porque yo fui al lugar del hecho, donde el crimen era atroz. Me tocó la peor parte porque tuve que describir la escena: había un cuerpo de una criatura de seis años tirada en un charco de sangre, con el cuello cortado”, contó el oficial subinspector Paz, hoy retirado de la policía, antes de quebrarse por unos minutos.
Luego recordó que Ávila “fue a patear la puerta de un vecino pidiendo que lo lleven preso porque había matado a su hija. Fue detenido a unas cuadras del lugar”.
“ERA UN ÁNGEL”
Una vecina de Manuel Ávila recordó lo sucedido esa noche y afirmó que Martina “era un ángel”.
“Escuché golpes y los perros de la cuadra que ladraban muchísimo. Salí y lo vi a él, que estaba con un cuchillo golpeando las maderas. Pensé que estaba borracho. Cuando volví a salir, porque se seguían escuchando gritos, ya estaba la policía. Pregunté qué había pasado y me dicen que había matado a su hija. Yo no lo podía creer”, recordó la mujer.
Y entre llantos describió a Martina: “La nena era hermosa, era un ángel. Era flaquita. Era muy amiga de mi nena, que ahora cumplió 7 años. Yo a mi hija todavía no le puedo contar, todavía le estoy mintiendo y le digo que está de vacaciones”.
La siguiente testigo, tía de Martina, también describió a la niña de seis años: “Era un ángel, era amor”. “Si ella estuviera acá lo abrazaba a usted, a todos, ella era amor, era un ser especial”, dijo, hablándole a los fiscales y al Tribunal.
En una sala contigua, desde donde pidió presenciar el debate, Manuel Ávila rompió en llanto.
“Sólo quiero justicia”, pidió la mujer al Tribunal.
EL VIERNES SERÁN LOS ALEGATOS Y LUEGO EL VEREDICTO
El debate finalizó con la declaración de la médica forense Vanina Botta, quien describió las lesiones que presentaba la niña y la mecánica de muerte. “Tenía una fractura de cráneo y un corte profundo en el cuello, que le ocasionó la muerte de manera inmediata”, describió. Seguidamente, la pericia realizada por Néstor Basso, profesional del Conicet-Cenpat, que realizó las pericias de ADN, confirmó que el cuchillo con sangre secuestrado a Ávila tenía rastros de su material genético y de su hija.
El viernes los fiscales Daniel Báez y Alex Williams, así como el defensor público Diego Trad, realizarán sus alegatos ante los jueces Daniel Yangüela, Patricia Reyes y Marcela Pérez. Si Ávila es declarado culpable de “homicidio agravado por el vínculo” la única pena prevista es la de prisión perpetua.