“Policía lléveme preso, maté a mi hija”. Con esos gritos el policía Rodrigo Lamas se despertó la noche del 13 de abril de 2019. Cuando salió afuera de su casa estaba su vecino, Manuel Ávila, con el torso desnudo, ensangrentado y con un cuchillo en la mano.
“Cuando me vio, salió corriendo. Di aviso a la policía y a los tres minutos llegó el móvil. Ellos entraron a su casa y salían rápido agarrándose la cabeza. “Se la mandó”, gritaban. Después entré yo a la casa y veo a la nena tirada en el piso, y le tomo el pulso. No tenía pulso, así que salí afuera para no contaminar la escena. No quise mirar más porque… yo también tengo una hija”, relató el testigo en la primera jornada del juicio.
EL CASO
La mañana del lunes en Tribunales comenzó el juicio oral contra Manuel Ávila (42), acusado de “homicidio agravado por el vínculo” contra su hija Martina (6), cometido el 13 de abril de 2019 en calle Manuel Alzua al 1200, entre Villarino y Alem. El fiscal Alex Williams relató que en su acusación que Ávila “le propinó múltiples golpes a Martina y un corte transversal en el cuello, provocándole la muerte inmediata”. Y que luego se dirigió a la vía pública, donde fue detenido.
DATOS
Ávila, antes de comenzar el juicio y patrocinado por el defensor público Diego Trad, pidió ser trasladado a una sala contigua para presenciar el debate, asegurando que no está en condiciones psicológicas para presenciar el mismo.
En la primera jornada declararon los policías que intervinieron en el caso, tanto de las comisarías que participaron en la detención como de la División de Criminalística, que levantó rastros y huellas en la escena.
El debate ante los jueces Daniel Yangüela, Patricia Reyes y Marcela Pérez continuará el martes a las 9 y está previsto que finalicen las declaraciones testimoniales. Luego serán los alegatos de la fiscalía y la defensa.
La acusación de los fiscales Daniel Báez y Alex Williams es por “homicidio agravado por el vínculo” previsto con una pena única de prisión perpetua.
El segundo testigo fue el policía que detuvo a Ávila. “Nos quiso agredir con un cuchillo”, recordó el oficial y explicó que el acusado estaba exaltado.
Marcelo Rodríguez, a cargo de la Policía Científica, indicó que “notamos una gran cantidad de manchas hemáticas”. “Una vez que iniciamos la inspección ocular notamos que el cuerpo estaba en posición de cúbito dorsal sobre un gran charco de sangre. Los brazos y piernas extendidos. Era una niña, muy flaquita. Estaba vestida. Y tenía un gran corte, muy profundo, en el cuello”.