El jefe de seguridad de la delegación de la Selección de Uruguay quedó detenido en Brasil, a raíz de una denuncia por “acoso sexual y hostigamiento” de una empleada del hotel donde concentraba en Cuiabá, en la previa al duelo ante Chile por la tercera fecha del Grupo A de la Copa América.
Según información de la Policía Militar de Brasil, el detenido fue identificado como Harold Ferreira Roldos, de 45 años, que atentó contra una mujer de 46 que trabaja como encargada de organizar la Copa América y quedó detenido en la Central de Bandeirantes.
El hecho fue atendido por policías militares que se encontraban en la base frente al hotel alrededor de la 1 de este lunes, luego de ser llamados por la gerencia del establecimiento.
El episodio se habría producido en el segundo piso del hotel Deville, en Cuiabá, donde se hospeda actualmente la selección de Uruguay desde el fin de semana esperando el duelo ante Chile en el Arena Pantanal. Fue en ese complejo en donde las fuerzas militares encontraron al jefe de seguridad y a la víctima, según detalló el medio local O Documento.
Tras arribar al lugar cerca de las 10 de la noche, la mujer relató que ella estaba en el segundo piso cuando el hombre uruguayo, responsable de la seguridad de la delegación, pasó junto a ella y la saludó. Acto seguido, comenzó a acosarla y la conversación continuó con él preguntándole sobre sus horarios laborales y su salario.
Posteriormente y sin previo aviso, el sospechoso le habría pedido un beso y le habría puesto una suma en dólares que no fue divulgada en el asiento que se encontraba junto a ella: “Incluso negándolo, sacó otro dólar y lo puso en el bolsillo del abrigo de la servidora. Mientras tanto, los guardias de seguridad del hotel captaron el acoso en la cámara de seguridad“, sentencia el informe policial.
Con las imágenes poder de las fuerzas policiales, el mismo medio remarcó que “en un momento, la sujetaron los brazos y los guardias de seguridad llegaron al lugar para intervenir en la situación. Cuando llegaron, el uruguayo ya se había ido a su habitación”. Tras ese episodio, el personal de seguridad se dirigió al lugar en el que se encontraba el sospechoso, lo detuvieron y lo trasladaron a una delegación especializada en Defensa de la Mujer, donde fue fichado por acoso sexual flagrante y enviado a una audiencia, agregó la policía.
Tras las repercusiones que comenzaron a instalarse, la Confederación Sudamericana de Fútbol emitió un comunicado condenando la situación.
“Ante una denuncia de acoso sexual contra un miembro de una delegación participante de la CONMEBOL Copa América, la Confederación Sudamericana de Fútbol manifiesta lo siguiente: La CONMEBOL se mantiene atenta a las resoluciones emanadas de las autoridades judiciales o administrativas que se ocupan de la denuncia y acatará puntillosamente lo que ellas dispongan. La CONMEBOL rechaza y condena enérgicamente cualquier forma de acoso sexual. La CONMEBOL seguirá trabajando por un fútbol libre de discriminación, violencia y acoso y en favor del deporte como un instrumento de desarrollo y crecimiento de las personas y las sociedades”.
En su descargo, el uruguayo negó todo tipo de acusaciones y explicó que usó su teléfono celular para traducir la conversación que tuvo con la mujer. En ese encuentro él afirmó haberle preguntado cuánto ganaba y también reconoció que le dio 10 dólares a la empleada, quien se negó a recibirlos.