Néstor Vidal, subsecretario de Producción de la Municipalidad de Lago Puelo habló sobre cuál es el panorama de la localidad a tres meses de los incendios que afectaron a la cordillera de Chubut.
Recordó que el incendio dejó a 1100 personas en la calle «fue una catástrofe, los productores perdieron todo, en esa misma condición un artesano que perdió sus herramientas , la situación tiene una dimensión tan grande , que no está focalizada», indicó.
Y explicó que lo que se hizo la municipalidad fue alquilar viviendas, puso a disposición aserraderos portátiles para la construcción y se fabricaron módulos habitacionales en dos meses.
«Nos demoramos mucho porque tuvimos que hacer administración, darle prioridad a las personas que perdieron todo más que inundamos el mercado a todos los madereros de la zona, por lo cual ha habido demoras en las entregas», afirmó Vidal.
Asimismo, detalló que el departamento administrativo de fabricación se hizo en dos meses «los paneles están casi en la totalidad hechos, completos para los módulos, en eso de la implementación, primero preparar el suelo , luego se monta y luego instalaciones sanitarias , ahora hay más de 50 en proceso , una vez que se van entregando se van instalando», puntualizó.
Por su parte, Mónica Huentelaf, víctima de los incendios contó a AZM que su campo está a 2.5km de El Hoyo y «el fuego se comió todo, no quedó nada más que una construcción que habíamos empezado. Perdimos desde un pincel hasta la propia casa, quedamos con lo puesto. Teníamos un lugar privilegiado, era muy hermoso, con mucha vegetación. Hoy está todo negro y es un horror. El avance del fuego fue tan rápido que perdimos la noción del tiempo, no tuvimos tiempo a nada», afirmó.
Y relató que «Yo veía el fuego avanzar desde el Piltri. Mi marido ese día se había olvidado el celular, no tenía forma de avisarle que el fuego llegaba a la casa. Lo más impactante fue cuando se prendió en el radar, avanzó demasiado rápido y ahí fue cuando perdí contacto con mi esposo. Estuvo encerrado por el fuego, fue algo para no olvidar. Las asistencias no llegaron en su momento, se tardó mucho. Hubo mucha gente colaboradora desde el primer día del siniestro. Todavía estamos esperando que lleguen los funcionarios a hacer el relevamiento, como ellos dicen»
Huentelaf además indicó que fue beneficiada por las casas módulos «pero hasta el día de hoy no tenemos ninguna novedad. Lo único que nos había quedado era un techo que usábamos para guardar el forraje. Por la ausencia del Estado y gracias a la donación de mucha gente terminamos esa construcción para vivir ahí. Hace unos días nos llegó una intimación para clausurarnos la obra porque nos piden tener el permiso de obra. El municipio solo nos aporta 26 mil pesos para un alquiler y 37 fardos, cada fardo vale 700 pesos. Es una decepción total», puntualizó.