La pequeña ciudad de Río Turbio, ubicada al sur de Santa Cruz y a tan solo 30 kilómetros de la chilena Puerto Natales, podría convertirse en la primera localidad argentina en estar completamente inmunizada contra el coronavirus. Por lo menos ese es el deseo del senador del país vecino Carlos Bianchi Chelech, quien este martes presentará un pedido formal ante la Presidenta de la cámara alta para donar 15 mil vacunas con el objetivo de inocular a todos los vecinos y que, de esta manera, se puedan retomar los vínculos laborales y personales que históricamente han unido a los pobladores a ambos lados de la frontera.
“Mi propuesta busca devolverle la mano al sur argentino, que desde siempre ha cobijado a los chilenos, principalmente a los de Puerto Natales. Chile siempre ha tenido mucha cercanía y uso de Río Turbio en materia laboral por la mina, en materia de compras, alimentos, combustibles y educación. Entonces, me parece que sería un buen gesto y es muy bien recibido por los argentinos”, explica el senador Bianchi Chelech en diálogo con Infobae.
Actualmente, en la zona hay transmisión comunitaria en la localidad, con 82 casos activos y un total de 20 muertes por el virus acumuladas solo en marzo.
El presente de Río Turbio no puede analizarse si no se tiene en cuenta la delicada situación de 28 de Noviembre, un pueblo de 10 mil habitantes ubicado a nueve kilómetros, con el que conforma la Cuenca Carbonífera al sur de Santa Cruz. El Hospital Distrital San Lucas es el único centro médico de esta localidad, pero no tiene salas de terapia intensiva ni respiradores, por lo tanto todos los pacientes que presenten complicaciones por el COVID-19 son derivados al Hospital Dr. Sánchez de Río Turbio, que cuenta con tan solo nueve respiradores, de los cuales cuatro están en uso.
En la Cuenca hay prohibición de salir a la calle a partir de las 11 de la noche y la cantidad de muertes ocurridas en un mes, en un lugar en el que todos se conocen todos, generó mucha preocupación entre los vecinos. Uno de ellos, Roberto Bucarey, habló al respecto con este medio: “La situación no está controlada y el Hospital de Río Turbio, que contiene a las dos localidades, está desbordando. Hubo un chico que se suicidó y mucha gente con depresión por esta situación”.
“Es verdad que faltan insumos en el hospital. Hace poco una diputada del Frente Para la Victoria trajo una donación para por lo menos poder sobrellevar la situación, pero no es más que una donación con cosas que tenían en Río Gallegos, una pantalla política… La problemática de Río Turbio siempre fue así: un pueblo que depende de las minas del carbón y que si alguna vez llega a pasar algo ahí, el hospital no está preparado”, agrega.
“En un principio me dijeron que lo más rápido podría ser que los chilenos que vivan del lado argentino sean autorizados a venir a Puerto Natales para que los vacunen. Pero yo dije que de ninguna manera porque no se trata de vacunar a chilenos o argentinos, se trata de que Chile le devuelva al sur argentino todo lo que le dio. Durante años fui presidente del Comité Parlamentario Chileno Argentino, con el que logramos lo imposible: que 60 mil personas chilenas que hayan trabajado alguna vez en la Argentina cobren la pensión en Río Turbio, además de la convalidación de títulos profesionales y muchas otras cosas. En lo personal, tengo una condecoración argentina con la Orden del Libertador San Martín y una nieta argentina. Por todas estas cosas me parece importante que se concrete esta propuesta”, asegura el senador.
En Río Turbio, al igual que en todo el país, se está vacunando a personas mayores pero a un ritmo lento en comparación con Chile, que lleva inmunizada a casi el 40 por ciento de su población. Su plan de inoculación se considera el más exitoso de la región y ha donado 20 mil dosis a Ecuador y Paraguay. “¿Por qué no se puede hacer lo mismo con la Argentina?”, se pregunta Bianchi Chelech.
Para que las 15 mil vacunas que adquirió Chile (todas fórmulas aprobadas internacionalmente y reconocidas en la lucha contra el COVID-19) lleguen a Río Turbio e inmunicen a toda su población se tienen que resolver dos cuestiones. “Por un lado -explica-, el gobierno argentino debe aceptar el ingreso y el uso de las vacunas que tiene Chile, que no son las mismas que está usando la Argentina. Por el otro, se necesita la autorización de las distribuidoras de las vacunas, porque ahora no están autorizadas a donarlas, me imagino que es un negocio gigante…”