Si bien los resultados aún son preliminares, científicos argentinos avanzan en la investigación del uso de un compuesto químico en base a carragenina, un medicamento aprobado por ANMAT hace años para el resfrío común.
Mientras tanto, además de su rol en la prevención, los científicos iniciaron un segundo estudio para ver si pueden disminuir la carga viral en pacientes que ya tienen COVID-19, y por consecuencia la progresión a cuadros graves de la enfermedad. Está en curso en el Centro de Investigación en Medicina Traslacional La Rioja Doctor Carlos Laino. “Habíamos visto en cultivos de células de primates que la carragenina o el spray diluido en las concentraciones que se alcanzan al aplicarlo inhibe la replicación del virus –explicó Figueroa–. Ahora, repetimos el experimento en células humanas. Ahí también vimos este efecto. Son evidencias que se van sumando y hacen pensar que esto puede ser extrapolable”.
Teniendo en cuenta que el medicamento ya está aprobado para otros usos en el país, hay provincias que decidieron utilizarlo considerando que el nivel de evidencia era superior al riesgo.
La carragenina es un polisacárido derivado de las algas rojas (musgo irlandés o musgo carrageen). Lo comenzaron a usar en Irlanda, en el pueblo de Carrageen, para hacer flan, ya que es un espesante. A partir de allí se difundió su uso, y está aprobado por la OMS y la FDA. Muchas de las salsas, mayonesas, embutidos, e incluso varias de las leches maternizadas tienen carragenina. Se usa también en cosmética, en cremas, geles, y recién a partir de la década de 1960 se describió que tenía actividad antiviral contra múltiples virus respiratorios.
Y está aprobado incluso en niños a partir de un año de edad, lo que lo convierte en un medicamento seguro y de uso frecuente.